Hace unos días estábamos en una conocida vinoteca de Madrid seleccionando un vino para llevar a una cena con amigos. Un cliente que también estaba seleccionando caldos (nada despreciables por lo que pudimos ver) apuntó a un vino que no conocíamos, Juan Gil, y nos recomendó encarecidamente que lo probáramos ya que no íbamos a arrepentirnos. Y así fué.

El vino que elegimos fué la versión elaborada exclusivamente con uvas de la variedad Monastrell, procedentes de viñedos de más de cuarenta años de edad y con 12 meses de crianza en barricas de roble francés.  El suelo superficial de estos viñedos es muy poco profundo, calizo y cubierto de un lecho de piedra. Vino de atractivo color cereza picota intenso con matices violáceos y potente aroma de frutas rojas maduras, torrefactos y notas ahumadas. De gran estructura, es muy maduro y goloso con buena entrada de boca y muy persistente, perfectamente integrados la fruta, el alcohol y la madera en un armónico equilibrio que lo hacen muy agradable de tomar.

Ideal para acompañar arroces con carne de caza y melosos, legumbres estofadas, setas, caza y aves, cazuelas, pescados y mariscos en salsa, ahumados, quesos curados y azules, carnes blancas y rojas a la plancha y parrilla, asados de cordero, cerdo, buey…

En resumen, un estupendo monovarietal de Monastrell, sabroso, equilibrado, maduro y, a la vez, potente y elegante. Un vino en el que se ha cuidado todo, empezando por la selección de botella y etiqueta, y al que hay que añadir una excepcional relación calidad-precio.

Sin duda será un vino que no faltará en nuestra bodega a partir de ahora, junto con otro de sus vinos, el Juan Gil 18 meses: 60% Monastrell, 30% Cabernet, 10% Shyraz con 18 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés y americano.

Sigue la pista… bodegasjuangil.com.